Internet de las cosas: descubre su potencial en tu industria
¿Te imaginas cómo era el mundo a principios de los años 60 o incluso mucho tiempo atrás cuando aún no existía el internet? La comunicación era limitada por la distancia, las cartas tardaban semanas en llegar, las llamadas telefónicas eran un lujo, la información era escasa y el conocimiento se transmitía de generación en generación a través de historias y tradiciones. Pero llegó el internet y con él, el internet de las cosas y nuestro mundo cambió. De repente, las fronteras se desdibujaron y las culturas se encontraron. La comunicación se volvió instantánea y global. La información se democratizó y el conocimiento se puso al alcance de todos.
El internet de las cosas es un concepto que está inherente en nuestra cotidianidad y en todos los ámbitos de nuestra vida, seamos o no consientes de ellos. ¿Quieres saber más? Entonces sigue leyendo porque aquí te contamos con más detalle sobre este tema tan apasionante.
¿Cómo nació el internet de las cosas?
El Internet de las Cosas (IoT) no es un concepto nuevo. Se originó en los 70, cuando se empezó a explorar la posibilidad de conectar dispositivos a redes de comunicación. En 1974, por ejemplo, se instaló una máquina expendedora de Coca-Cola conectada a internet que podía enviar información sobre su inventario y temperatura. Sin embargo, solo fue hasta la década de los 90, con la llegada del internet y la popularización de las tecnologías inalámbricas, que el IoT comenzó a tomar forma.
En 1999, Kevin Ashton, tecnólogo visionario y científico británico, creó el término ‘internet de las cosas’ para describir un sistema en el que los objetos físicos se podían conectar a internet y compartir información.
Como dato curioso, hace más de 20 años, Kevin Ashton, ya pensaba en etiquetas de identificación de radiofrecuencia, que ahora son comunes para generar datos, en las cadenas de suministro, para saber dónde están los productos, si han sido escaneados en un supermercado o si ya han sido vendidos.
Internet de las cosas: ¿Qué significa?
El internet de las cosas (IoT) va más allá de la simple conexión de objetos a internet. Se trata de crear una red inteligente de dispositivos, o también conocidos como objetos inteligentes, que interactúen entre sí y con el entorno, recopilando y procesando datos para tomar decisiones de forma autónoma.
Esta nueva era de conectividad tiene el potencial de transformar una amplia gama de sectores productivos, desde la industria y la agricultura hasta la salud y el transporte. El IoT puede ayudarnos a mejorar la eficiencia, la productividad, la seguridad y la sostenibilidad de nuestras ciudades, hogares y vidas.
¿Cómo funciona el internet de las cosas?
Para explicarte mejor cómo funciona el internet de las cosas en la cotidianidad, te damos el siguiente ejemplo:
Imagina que te despiertas en tu habitación con una luz suave y natural que se intensifica gradualmente, simulando un amanecer, en lugar del agudo y hasta desagradable sonido del despertador de tu celular.
Esto es posible gracias a un despertador inteligente, conectado a internet, que funciona como centro de control en tu habitación. Por medio de sensores, recopila información sobre la luz, temperatura y sonido. Estos datos se envían a una plataforma en la nube a través de Wi-Fi o Bluetooth, se analiza y se toma decisiones en base a ellos. Finalmente, la plataforma en la nube envía comandos al despertador inteligente para que ajuste la luz, reproduzca sonidos, se integre con otros dispositivos, hasta registre los patrones de sueño como duración y calidad, hasta conectarse con otros dispositivos inteligentes de tu hogar, como persianas o termostato, para crear un ambiente ideal.
¿Cuáles son los elementos del internet de las cosas?
El internet de las cosas necesita de varios elementos para que funcione de forma adecuada y en conjunto. Algunos de ellos y su forma de funcionar es la siguiente:
- Dispositivos inteligentes equipados con sensores que recopilan datos sobre su entorno, como temperatura, humedad, movimiento o ubicación.
- La conectividad es otro elemento indispensable, ya que es la que permite que los dispositivos se conecten y lo hacen por medio de diferentes tecnologías inalámbricas que pueden ser Wi-Fi, Bluetooth, entre otras.
- Los datos recopilados por los dispositivos se envían a una plataforma en la nube, donde se procesan y analizan.
- Los usuarios pueden acceder a la información y controlar los dispositivos inteligentes a través de una interfaz de usuario, como una aplicación móvil o un panel web.
- Finalmente, la plataforma en la nube envía comandos a los dispositivos inteligentes, permitiéndoles realizar acciones (actuación) de forma autónoma.
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